*De los Golpes de Hydesville al Templo Trinitario: Crónica del Espiritismo en América Latina
*
Por Tata Moshe Mano Izquierda
---
I. Hydesville: la primera voz en la oscuridad
“¿Estás aquí?”, preguntó una de las hermanas Fox aquella noche de 1848 en Hydesville. Tres golpes retumbaron en la madera. El vecindario entero lo escuchó.
El fenómeno pronto corrió de boca en boca. El New York Tribune mandó corresponsales, y el caso se convirtió en espectáculo. Aunque años más tarde Margaret Fox confesara que los ruidos eran provocados por la fricción de las articulaciones de sus pies, ya era demasiado tarde: el espiritismo moderno había nacido.
---
II. De la feria a la doctrina
Mientras en Norteamérica se cobraba entrada para ver mesas bailar y médiums desmayarse en público, en Francia un pedagogo —Allan Kardec— puso orden.
“Esto no es circo, es ciencia del alma”, escribió en 1857 al publicar El Libro de los Espíritus. Allí estableció que la vida no termina con la muerte, que las almas reencarnan, que existen mundos habitados y que los espíritus pueden comunicarse con nosotros.
De pronto, lo que parecía charlatanería se volvió filosofía. Europa lo leyó con avidez. Y América Latina estaba a punto de hacer lo suyo.
---
III. Cuba: el cruce de los muertos y los orishas
En La Habana, todavía hoy, basta entrar a un solar para ver el altar: flores, tabacos, un vaso de agua, una estampa de la Virgen y una imagen de Changó.
“Esto es espiritismo, pero también es lo que trajeron mis abuelos africanos”, me dice Mercedes, médium de Guanabacoa, mientras acomoda los collares de colores en su cuello. “Aquí rezamos el Padrenuestro, pero también invocamos a los congos. Los muertos se mezclan con los santos”.
El espiritismo cruzado cubano nació de esa fusión: las mesas de Kardec, las oraciones católicas y los rezos africanos. Un sincretismo vivo, un territorio donde conviven el cura, el babalawo y el médium.
---
IV. México: el profeta de los pobres
Muy distinto fue en México. En 1866, en la entonces Villa de Iztapalapa, un hombre llamado Roque Rojas Esparza aseguró que el profeta Elías le había hablado. No había golpes ni mesas que giraban, sino discursos en trance: las célebres cátedras.
Un domingo, en un templo trinitario en Colonia Doctores, Ciudad de México, escuché la voz de un médium que decía hablar en nombre del “Padre Elías”:
> “Hijos míos, no temáis, el agua limpia, la fe cura, y el espíritu consuela. Aquí está vuestro refugio”.
Los asistentes, en su mayoría mujeres, lloraban mientras recibían vasos de agua bendita y pasaban frente al altar. Una señora llamada Doña Carmen, de 72 años, me dijo:
“Yo vine por un dolor en los huesos, pero me quedé por la paz que siento. Aquí no importa si eres pobre, siempre te reciben”.
Así funciona el Espiritualismo Trinitario Mariano (ETM): mezcla de catolicismo, profetismo y espiritismo, pero sobre todo, un espacio de sanación comunitaria.
---
V. Dos caminos, un mismo anhelo
¿Por qué Cuba se cruzó con África y México con María?
El antropólogo Luis Millán, especialista en religiones populares, lo resume así:
“Cada país tejió el espiritismo con los hilos que ya tenía. Cuba tenía fuerte raíz africana; México, raíz guadalupana e indígena. El espiritismo es un espejo cultural: refleja lo que cada sociedad lleva en su memoria profunda”.
En Cuba, los muertos se mezclan con los orishas.
En México, los muertos se vuelven profetas marianos.
Pero en ambos, la esencia es la misma: darle voz a lo invisible.
---
VI. El eco que no muere
En un templo de Mérida, Yucatán, vi a una joven de 19 años caer en trance. Después, con los ojos todavía vidriosos, me dijo:
“No recuerdo nada, pero me dicen que Elías habló a través de mí”.
En Guanabacoa, La Habana, Mercedes volvió a encender el tabaco y concluyó:
“Al final, todos escuchamos lo mismo: que los muertos nunca nos dejan del todo”.
De Hydesville a México, de Nueva York a La Habana, los golpes de 1848 todavía resuenan. No en las paredes, sino en las voces, en los templos, en los altares. El espiritismo no fue una moda pasajera, sino un río subterráneo que tomó caminos distintos, pero que en cada país respondió a la misma sed humana: la necesidad de hablar con quienes ya partieron.
---
Epílogo
Las hermanas Fox murieron pobres y olvidadas. Kardec murió convencido de que había sentado las bases de una nueva ciencia. Roque Rojas murió dejando un movimiento que aún late en barrios mexicanos.
Pero ninguno de ellos imaginó que, siglo y medio después, millones seguirían buscando a sus muertos entre velas, tabacos y vasos de agua.
Porque el espiritismo no es solo historia. Es todavía hoy la confirmación de un secreto humano: la muerte no calla, la muerte responde.
Por Tata Moshe Mano Izquierda